La oración como amistad con Dios lección inaugural del curso académico 2015-2016
La oración, según el parecer de Santa Teresa de Jesús, es tratar de amistad con Dios, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. Dios y Cristo son amigos buenos y verdaderos. Solo pueden entender esta relación de amistad los que la experimentan, es decir, aquellos que se han de...
Autor principal: | |
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Formato: | Libro |
Idioma: | Castellano |
Publicado: |
[Zaragoza] :
Comuniter
Depóstio legal 2015
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Edición: | Primera edición |
Colección: | Lecciones inaugurales (Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón) ;
7 |
Materias: | |
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Sumario: | La oración, según el parecer de Santa Teresa de Jesús, es tratar de amistad con Dios, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. Dios y Cristo son amigos buenos y verdaderos. Solo pueden entender esta relación de amistad los que la experimentan, es decir, aquellos que se han dejado transformar por el Espíritu Santo hasta hacerse semejantes a Dios, pues la igualdad es necesaria para que haya amistad. El amor de Dios hace divina al alma y "Dios por participación. Se hace tal comunicación de la naturaleza divina a la humana que, no mudando alguna de ellas su ser, cada una parece Dios" (S. Juan de la Cruz). La voluntad de Dios es la que mueve e inspira nuestra oración y nuestra vida. Sólo debemos buscar a Dios. No debemos llenar nuestra oración de cosas materiales. "Quien busca a Dios y busca alguna cosa junto a Dios, no encuentra a Dios" (Eckhart). Dios nos habla en el silencio. Su llamada misteriosa y secreta sólo la oye el oído interior. Necesitamos un ambiente de silencio para retirarnos a rezar y estar con Dios. "Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y esta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída el alma" (S. Juan de la Cruz). ¿Y si la Palabra quisiera serf percibida como ilimitadfa, no por su contenido ni por su forma de palabra ?. La oscuridad y la noche son el ámbito natural del encuentro con Dios. La primera cosa que pido al Padre es que me dé mi oración. Mi oración es Cristo pues es la Palabra que el Padre y yo hablamos en nuestros encuentros. El Espíritu de Jesús suscita mi oración bajo todas sus formas; yo no sé pedir lo que me conviene. En Jesús el Padre me lo da todo. Además es Jesús quien quiere rezar conmigo pidiéndome que rece siempre con Él, en su nombre, que no olvide que Él es el Hijo, la cabeza del Cuerpo de la Iglesia de la que soy miembro, El Meidador, el Sacerdote que presenta nuestras oraciones al Padre. |
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Descripción Física: | 162 páginas |
Bibliografía: | Bibliografía : páginas 157-162 |
ISBN: | 9788415126973 |