Sumario: | La teología como fuente, como manantial de la educación de la interioridad, se nos revela como culmen de nuestro itinerario educativo y personal. Podría serlo en términos metodológicos a la hora de sintematizar los momentos de esta historia. Pero, en realidad, no lo es, no es el final, porque beber en el propio pozo ha sido el origen, ha sido la inspiración en el entretiempo y lo sigue siendo en estas nuevas etapas de maduración de este paradigma educativo.
En este marco teológico, apoyándonos en aportaciones del profesor Martín Velasco, recordamos que, durante demasiado tiempo hubo una teología condicionada por el racionalismo propio de su época, privilegiando los caminos de la razón demostrativa. En aquel momento imperó una necesidad de "probar" racionalmente la existncia de Dios para la fe, sin caer en la cuenta -explicaba- de que un Dios demostrado por la razón humana so sería Dios, sino un ídolo creado por ella. En el camino hacia Dios interviene la razón, pero en otro momento y de otras formas: no para demostrar su existencia sino para mostrar que la aceptación creyente de su presencia, lejos de chocar con el uso de nuestra razón, la ilumina.
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