| Sumario: | ¿Por qué nos cuesta tanto hablar bien de España? ¿Estamos condenados al pesimismo secular como una maldición inexorable? ¿Podemos encontrar espacios comunes que nos hagan sentir orgullo patrio? ¿Es posible reivindicar España lijos de la exaltación y la disputa partidista?
Mediante la palabra hablada o escrita, como activista en su juventud y durante cuarenta años de trayectoria periodística, José María Calleja hizo frente a los discursos del odio y la violencia de la dictadura franquista, así como durante el auge del terrorismo etarra. Pocas voces resultan tan veraces y autorizadas para escribir ahora sobre el lado bueno de España. Hiechos iniciativas y personajes encomiables de la historia reciente y remota de nuestro país nos permiten sentir un orgullo razonable y nos proporcionan argumentos para contrarrestar el sentido pesimista y de baja autoestima de los españoles.
Lejos de una visión nacionalista, patriotera o épica de España, Calleja reivindica su lado progresista, moderno, que en muchos casos va por delante de otros países con mejor concepto de sí mismos. La Costitución de 1812, la Institución Libre de Enseñanza, al generación del 27 y las maestras de la República; el éxito ejemplar de la transición política, las leyes de igualdad o la ley de matrimonio homosexual son algunos hitos de un ensayo que acorta la distancia entre lo que hemos demostrado y la manera en que nos percibimos.
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