| Sumario: | Hoy hay procesos en el mundo que apuntan claramente hacia la ruptura y la fragmentación como tendencias reactivas a la glbalización y la digitalización. En esos contextos de tensión ha emergido el liderazgo evangélico del primer papa americano y jesuita de la historia poniendo la fuerza en la cultura del encuentro, con su séquito de diálogo, discernimiento, integración reconciliación y colaboración leal entre todos los que buscan el bien común.
Todo ello sin perder el sentido del realismo. Es un liderazgo que, sin buscarlo, aparece como alternativo al de aquellos a quienes les entusiasman los muros físicos y mentales; y que en Europa (aunque no solo en ella) conquidta peligrosamente posiciones de poder, y se convierte en síntoma de la falta de salud moral y espiritual de sociedades desnortadas.
Para ahondar en la cultura del encuentro nos servirán los cuatro principios con que Evangelii gaudiun orienta la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonizan en un proyecto común: "el tiempo es superior al espacio", "la unidad prevalece sobre el conflicto", "la realidad es más importante que la idea" y "el todo es superior a la parte".
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