Sumario: | Es posible que la antropología constituya uno de los más claros exponentes de lo que una idea puede dar de sí. Cuando el hombre empezó a abandonar el concepto excesivamente entronizado que de sí mismo se había formado y mantenido durante siglos de falsa autoidolatría, y, liberándose con ello de consentidos errores, inició su asimilación con los demás seres viviventes que tan profusamente le rodeaban, este acto de aparente humildad iba a valerle de hecho un auténtico conocimineto de su propia naturaleza y, por ende, de su verdadera esencia intelectural.
El nacimiento de la ciencia antropológica señala el primer hito de la conciencia que el hombre tuvo de su propio ser. Dejando de considerarse un producto divino y aprendiendo a conocerse tal como realmente es, acabó por interpretarse mucho mehor al definirse como lo que, por el momento, parece ser la culminación de un laborioso proceso desarrollado por el fenómeno vital sobrevenido en nuestro planeta.
|