| Sumario: | El volumen XXXVI, cuatro de los Escritos antipelagianos de la BAC, recoge los tres primeros libros de la última obra de San Agustín, defensor de la gracia, respondiendo por segunda vez al acerado, erudito y locuaz Juliano. Lo hace detenidamente, examinando y transcribiendo cada frase en el mismo orden y numeración para deshacer todas sus argucias y falacias de tal manera que los estudiosos descubran en sus mismas palabras la malicia pelagiana, y los sencillos queden liberados de sus deletéreas emanaciones. San Agustín estaba ocupado en esta empresa teológica y pastoral "sobremanera necesaria" en los últimos años de su vida, a la vez que revisaba sus escritos e intentaba hacer lo mismo con las cartas, hurtando el tiempo para la primera obra durante el día, para la segunda por la noche.
Juliano se revuelve contra los seis libros de San Agustín -recogidos en el volumen anterior, XXXV: Réplica a Juliano- y escribe otros ocho. Por esta razón San Agustín le contesta siguiendo el mismo método y numeración, pero demostrándole a Juliano su error con un derroche de erudición, de habilidad dialéctica y de paciencia pastoral inigualable.
Cuando San Agustín escribe esta obra los vándalos sitiaban la ciudad de Hipona. Y entonces le llegó la muerte, precisamente cuando terminaba el libro VI, quedándole los libros VII y VIII de Juliano por refutar. Por esta rázón se titula Réplica a Juliano. Obra inacabada.
Según esto, los volúmenes XXXV, XXXVI y XXXVII forman los tres una unidad: por el tema que tratan, por el método como se expone, por las citas y el lenguaje utilizados y hasta por el mismo tiempo de su composición, años 428-430.
Este volumen XXXVI, además de la introducción y del prólogo, recoge los tres primeros libros de la obra de Juliano, deshaciendo todas las calumnias contra la fe católica: sobre el pecado original, su transmisión a los descendientes de Adán y su imputabilidad, corrigiendo a la vez las tesis pelagianas y los errores maniqueos.
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