Sumario: | "Las cárceles son el lugar natural del cristiano. Mounier, el catedrático más joven de Francia, delatado por un delito que no cometió, es encarcelado en plena ocupación de los ejércitos nazis en Francia. Como no se sustancia el juicio, hace junto con unos pocos una huelga de hambre que casi le cuesta la vida, y que de hecho adelantará la hora de su muerte. Los curas católicos pronazis le niegan la comunión, apoyados en una irrisoria teología de santo Tomás. Es la renovación del bautismo, ahora de fuego, que lleva a Mounier por vez primera (no en revancha) a defender en caso extremo la matanza del enemigo. Excarcelado pero hecho una ruina física, se retira a Dieulefit, un pueblo donde termina el Tratado del carácter mientras las fuerzas de liberación no llegan a París. Si duras fueron las distintas cárceles, y más dura aún su huelga, la estancia en Dieulefit tuvo dos fases, la primera reflexiva y la segunda activa, y esta última en dos frentes, el individual y el sociopolítico. En el primero intenta con sus manos salvar a un ahorcado judío y a su mujer, salva del linchamiento a otros, etc. En el segundo intenta recomenzar el periodismo en la zona y termina con una reflexión sobre el ejército y el pueblo."--Contracubierta
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