Sumario: | "En este libro hallará el lector no sólo una mirada poliédrica de la Inquisición en el mundo hispánico, también tropezará una y otra vez con individuos que no rechazaban la autoridad pero buscaban alternativas de supervivencia, hallará oficiales y ministros del Santo Oficio que intentaban imponer una visión del mundo, mientras admitían la porosidad de los límites de su ortodoxia. La herejía como concepto teológico tiene una larga tradición normativa vinculada a la propia historia de la Iglesia, y es el concepto clave entre ortodoxia y heterodoxia. El hereje juzgado por las inquisiciones, sin embargo. es una frontera viva, encarnada, dinámica en la medida que está sujeta a la hermenéutica inquisitorial y a otros factores como la etnia, el género, el estatus social, la ideología... De ese modo, los binomios ortodoxia-disidencia, herejía-sociedad emergen no como ecuaciones simples, sino complejas, con múltiples factores e incógnitas a despejar. En fin, un universo sociocultural lleno de matices, donde hubo imposición de arriba abajo, pero también negociaciones, hasta una indisciplina crónica, cotidiana y resistente."--Contracubierta
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