Sumario: | Durante las últimas décadas la universidad ha sufrido un proceso de corporativización. Los modelos organizativos, de control y de evaluación propios de empresas que compiten en la economía de mercado han sido adoptados por las universidades, bajo el pretexto de una mayor eficiencia y rigurosidad. Esta transformación también ha afectado a la carrera académica al someterla a los mismos principios de productividad y rentabilidad. La imposición de una frenética necesidad de publicar ha transformado la profesión académica, dejándola sin tiempo para emprender investigaciones pausadas y cuyo resultado sea, en un principio, incierto. The Slow Professor se opone a esta cultura de la rapidez invitando a los profesionales de la academia a cambiar su modo de comprender el sistema y de comportarse en su seno. Sirviéndose de los ideales del movimiento Slow, popular en ámbitos como la comida o el urbanismo, propone una estrategia personal para que los profesores se tomen el tiempo que el trabajo académico riguroso requiere. -- Contracubierta
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