Sumario: | "El 18 de julio de 1936, tras conocer la noticia del alzamiento, la bailarina y bailaora española apodada la Argentina, admirada en todo el mundo, sufre un síncope y muere. Tiene 46 años y un don para hacer suya no solo la historia de la danza, sino la propia historia. Ese día se quiebra la Segunda República y se quiebra la artista. Isabel de Naverán persigue, a partir de la investigación y de las fotografías, el eco de esa convulsión individual que contiene, de forma representativa y simbólica, el dolor colectivo que se avecinaba y que ha resonado, en distintos momentos y de distintas maneras, a través artistas muy dispares de las siguientes generaciones: los japoneses Kazuo Ohno, que recuperó su danza cincuenta años después de haberla visto bailar, y Takao Kawaguchi, la bailaora Rocío Molina o la escritora Gertrude Stein, entre otros. "Envoltura, historia y síncope" no es una biografía de Antonia Mercé y Luque, aunque no puede (ni quiere) huir de ella, porque su magnética figura articula este ensayo que se adentra en la transmisión (coreográfica y artística) de la memoria colectiva (cada cuerpo, en la danza, revela no solo un acervo cultural sino, sobre todo, el presente que lo afecta). Pero la autora busca distanciarse de esa atracción icónica, de la fascinación que encierran su nombre y su baile, para proponer un recorrido que explora los caminos por los que el movimiento se transfiere de un cuerpo a otro. Bailar es siempre bailar otros cuerpos ?asegura?, repetir y, al mismo tiempo, hacerse presente en la diferencia; ser capaz de interiorizar los movimientos de otros, de dejarse permear. Una capacidad extraordinaria que unía a la Argentina a otros artistas coetáneos como Federico García Lorca. Ambos fueron agentes activos de una escucha atenta hacia otros cuerpos y ambos sufrieron en el suyo propio las consecuencias del horizonte que se cerraba."--Contracubierta
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