Sumario: | Una mujer en la treintena escribe mentalmente, firmando con la inicial «J», cartas sin destinatario concreto. Suele despedirse con una fórmula del tipo «Tuya, hecha una furia» o «Tuya, sin levantar cabeza». Arnold, con quien está en trámites de divorcio, es un renombrado abogado que la ha dejado por una «francesita» y se ha instalado en París; le pasa dinero sin escatimar y le paga un lujoso piso con magníficas vistas en Manhattan. Allí vive ella ahora con Renata, la hija de trece años que Arnold tuvo en un matrimonio anterior, además de con Sally Ann, su propia hija de cuatro, y una interna francesa llamada Monique. Todas se llevan fatal, apenas se hablan. Renata hace bizcochos de sobre. Monique escribe cartas a gente de verdad. «J» la envidia por eso. Por lo demás, no sale nunca: se refugia en la soledad, la rabia, el resentimiento y el engaño que, con lengua viperina, recrea en sus cartas. Un día tiene por fin una conversación con Renata, que conduce a sorprendentes revelaciones y tiene consecuencias dramáticas. La hijastra (1976) fue la primera novela de Caroline Blackwood. Además de la crónica de una guerra de nervios, es un estudio a la vez pulcro y sarcástico de la «silueta hostil y tenebrosa» de una mujer abandonada y, especialmente, de un marido desleal cuya ausencia gobierna la casa, como una manipulación más. El matrimonio, la maternidad y la familia construyen una cárcel de cristal para la protagonista y dan pie a una fábula casi gótica, enloquecida e irreverente -- Contracubierta
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