Sumario: | Las inundaciones, sequías, granizadas y otros fenómenos meteorológicos siempre han tenido una carga simbólica entre los habitantes de México. Los ritos asociados al clima perviven en todo el territorio, por ejemplo, detrás de fiestas católicas como la de San Isidro o la famosa celebración del Día de la Santa Cruz, que crean un vínculo con el pasado indígena, cuando el hombre y el medio ambiente formaban parte de un mismo sistema. Los pueblos mesoamericanos observaban los cambios estacionales, los registraban y veneraban con rituales que tenían el doble valor de pedir y agradecer por la lluvia o el aire. Su itinerario seguía un sofisticado calendario, donde se asociaban la agricultura, la astronomía y las concepciones religiosas. Para muchos indígenas mexicanos aún hoy pueden observarse varios tipos de lluvias y aires, asociados a cada ciclo o temporada. A su vez, hay en las comunidades campesinas individuos privilegiados con el poder de actuar sobre el clima e invocar a las fuerzas de la naturaleza para salvar las cosechas. ¿Cuál es el origen de estas costumbres? ¿Por qué se les atribuye un papel preponderante? Este libro explora las diversas facetas de la relación entre las sociedades pasadas y presentes de México con el clima, entre los indígenas y mestizos, en poblaciones rurales o urbanas. Los artículos recogen un conjunto de conocimientos y prácticas en constante adaptación al contexto social y ambiental. Con enfoques desde la arqueología o la antropología, hasta la psicología y la geografía, Aires y lluvias es también una obra sobre el deterioro ambiental y la amenaza creciente de los fenómenos naturales, así como un intento por rescatar y comprender la convivencia entre los seres humanos y su medio ambiente.
|