Sumario: | El Concilio de Trento consagró el culto a los santos y produjo en el seno de la Iglesia católica una auténtica eclosión de beatificaciones y canonizaciones. Los santos, además de ser intercesores ante Dios, ofrecían a los fieles modelos de virtudes cristianas dignos de ser imitados. La Iglesia promocionó nuevos modelos de “santos modernos”, en los que se resalta la vida ascética, la predicación doctrinal y misionera y la obediencia a la Iglesia, frente a los factores sobrenaturales que, aunque imprescindibles, pasaron a un lugar más secundario. En estas canonizaciones tuvieron un especial protagonismo los santos españoles, parte considerable de los nuevos beatos y santos procedían de los territorios de la Monarquía Hispánica. De ellos se ocupa este libro que intenta desentrañar los diversos procesos a los que daba lugar el Subir a los altares. En él se abordan aspectos muy variados: La idea de santidad y los procesos de canonización, profundizando en el cambio de modelo de santo y la percepción de la santidad, así como en casos concretos, las celebraciones a que daban lugar, sin olvidar las canonizaciones fallidas y sus causas. Un amplio espacio se ocupa de las Vidas de santos y hagiografías, centrándose en figuras de gran repercusión y popularidad, como Ignacio de Loyola o Fray Diego José de Cádiz, pero también en otras de menor proyección, sin olvidar la publicística surgida en torno al intento de canonización colectiva de mártires contemporáneos.
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