Sumario: | El cine español durante los gobiernos socialistas de las dos últimas décadas del XX se caracteriza, muy en primer lugar, por la fuerte crisis con la caída del número de películas, de espectadores y de salas de cine, lo que conlleva todo un proceso de reducción del entramado industrial en sus diferentes sectores, desde la atomización de la producción, con empresas más pequeñas y coyunturales, a la distribución donde consiguen mayor protagonismo las filiales de los grandes estudios norteamericanos en un parque más reducido de salas. La crisis no tiene únicamente una dimensión económica sino que afecta a la propia percepción que la sociedad española tiene de su cine, con la evidente desafección en los ochenta, donde se convierte en lugar común entre las nuevas generaciones el descrédito de cualquier estreno tildado de españolada; quizá esta dimensión más cultural explique las interminables referencias peyorativas y la recurrente etiqueta "crisis del cine español" que ha llegado hasta el presente.
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