Sumario: | El punto de partida de este libro es el inicio de la guerra civil. La guerra modificó las relaciones a todos los niveles produciendo, entre otras cosas, un crecimiento de los sentimientos religiosos (utilizados políticamente, especialmente en las celebraciones de las fiestas) en zona nacional y de persecución religiosa (como uno de los elementos político-revolucionarios) en zona republicana. Todo ello presenta matices (de personas, tiempo, intensidad y espacio), a los que este libro dedica muchas páginas. En la España de Franco, a la que Pablo Baisotti presta mayor atención porque la investigación se diseñó así, se abrió una fase de competencia, entre la Falange y la Iglesia, por la gestión del “sacro” (entre otras tantas cuestiones) y por la sacralización del “caudillo”, que resultó intensa, controvertida, feroz. Finalmente, prevaleció la cultura política de la Iglesia. El extremo “ad quem” elegido es 1943, cuando el régimen franquista comenzó a realizar gestos desfascistizadores, en particular después del “atentado de Begoña”, por el cual fueron reemplazados importantes líderes falangistas, entre ellos Serrano Súñer. En zona republicana, la matanza de miembros del clero, la destrucción de iglesias y de arte religioso y los elaborados rituales sacrílegos que, al principio, se llevaron a cabo en la mayoría de las ciudades de la zona republicana, durante los primeros meses de guerra, no fueron tan sólo actos de destrucción carentes de sentido, sino la expresión del propósito fundamental de suprimir el cristianismo para sustituirlo por las nuevas religiones políticas y revolucionarias.
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