Sumario: | Difícilmente podremos encontrar en la Historia Contemporánea de España un capítulo americanista tan rico en temas y plumas, en propuestas y generosidad, como el IV Centenario del Descubrimiento de América, celebrado en 1892. Recoge los recelos y rechazos del siglo de la independencia de nuestras antiguas posesiones americanas, busca proyectar la España de la Regencia -emprendedora y convulsa- en su histórica y natural prolongación ultramarina y afrontar los nuevos tiempos y las nuevas ideas, que traen la necesidad positivista de conmemorar a los grandes hombres y a las grandes empresas de la Humanidad. Todo un reto. En 1892, España descubre su propio pasado, su íntima complejidad histórica. La intervención del espectador es fundamental en cuanto que resignado y solícito, asume y recrea el mandato conmemorativo, aportándole una nueva dimensión: la centenaria; la de la idea o ideas de su tiempo acerca de aquel hecho o vida recordado. Todo es superficial y todo es imprescindible: nadie se oculta al destino.
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