Sumario: | El reino nazarí de Granada fue el último reducto musulmán de la Península Ibérica. La entrada en la ciudad de los Reyes Católicos, tras las Capitulaciones de 1492, significó el fin del Estado nazarí. Sin embargo, la población musulmana que lo ocupaba permaneció, en su inmensa mayoría, en el territorio. Junto con los cristianos y los judíos, vivían los mudéjares, los musulmanes peninsulares que podían practicar su religión en la sociedad cristiana, antes de las conversiones forzosas del siglo XVI. A partir de su conversión se les empezó a llamar moriscos (del término ±moro» y éste, a su vez, del vocablo latino maurus, u oriundo de la antigua provincia romana de Mauritania) o nuevos cristianos, que es como serían considerados oficialmente por el Estado. Durante ocho siglos los tres componentes principales de la sociedad andalusí {u2500}musulmanes, cristianos y judíos{u2500} se relacionaron, interactuaron y evolucionaron en un mismo ámbito. A finales del siglo XV el orden de las cosas cambió y esa convivencia conseguida se vio afectada hasta deteriorarse por completo a principios del siglo XVI. Sin embargo, los moriscos siguieron formando parte de una sociedad activa cuyo legado persiste hasta el día de hoy.
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