Sumario: | La pregunta por el sentido de lo romántico es una cuestión recurrente a lo largo del último siglo. Sin embargo, en muchas ocasiones, la expresión romanticismo sólo es útil para cerrar en falso su verdadero sentido radical, es decir: las nuevas políticas sensibles que en el transito del siglo XVIII al siglo XIX introduce. De este modo, en ocasiones, la palabra romanticismo sirve únicamente como etiqueta dormitiva, como tranquilizante académico, cuya finalidad es amansar superficialmente un espacio de por si conflictivo. Pero ¿estamos diciendo algo cerrado, definitivo, cuando decimos romanticismo? Si el romanticismo se nos muestra, a día de hoy, como un espacio inagotable no es simplemente porque los propios románticos dejaran sin definir este lugar, sino que ese carácter inagotable es parte esencial de lo romántico. El romántico se desidentifica, precisamente, de todo aquello que lo pueda reducir a una identidad simple y concreta. He ahí su política sensible. He ahí su economía narrativa. De esta forma, este libro, a lo largo de sus fragmentos, pretende acercarse a lo romántico, desde su contexto previo, detectando aquellos nombres, aquellos textos, aquellos problemas que la política sensible del romanticismo abre y que hoy en día nos queda por pensar. La prosa como problema, el humor nihilista, el viaje contra-ilustrado, la imaginación… son algunos de los temas, y Laurence Sterne, Xavier de Maistre, Friedrich Schlegel, Jean Paul o Leandro Fernández de Moratín, son algunos (sólo algunos) de sus nombres. Por supuesto, este libro no agota ninguno de esos temas, sino que su simple y humilde objetivo es detectar y repensar algunas -y sólo algunas- de las líneas de fuerza del arte romántico previas a su triunfo.
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