Sumario: | Los movimientos migratorios (libres o forzados, realizados individualmente o a través de la familia) resultan una constante en los estudios sobre las sociedades del período cronológico que abarca este trabajo. Muchos actores de los procesos migratorios sabían de las dificultades que encontrarían al introducirse en las sociedades de acogida. Una solución, nunca la única ni la última, consistía en -a veces, merced a la familia- integrarse en asociaciones que le ayudasen en su carrera social (económica, política, administrativa, etcétera). De este modo, los grandes núcleos urbanos hispanos de la época contaban con entidades (congregaciones, cofradías y hospitales) que, con un origen netamente devocional y asistencial, alteraron sus funciones hasta convertirse en espacios destinados a fomentar los lazos de sociabilidad y la formación de identidades comunitarias. Los vínculos mantenidos con las instituciones de sus lugares de origen permiten señalar la relevancia de estas entidades en la construcción y mantenimiento de antiguas y nuevas imágenes sobre sus lugares de origen o patrias. Este trabajo colectivo pretende alimentarse de las experiencias del asociacionismo étnico a ambos lados del Atlántico, ofreciendo al lector académico, no tanto un estado de la cuestión, sino la recopilación de un conjunto de investigaciones históricas que sea capaz de ayudar a los nuevos investigadores en la labor de estudiar tanto las instituciones o asociaciones nacidas al calor de los procesos migratorios como la intrahistoria de los miembros de estas mismas comunidades en un largo proceso cronológico.
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