Sumario: | Se suele decir que como en casa no se duerme en ninguna parte. Pero cualquiera que haya estado en uno de los hoteles que se presentan en este libro podría disentir de esta afirmación: en sus habitaciones se duerme mucho mejor. Después de una agotadora jornada de trabajo o de un extenuante día de compras, el verdadero placer no reside en llegar al dulce hogar, sino a una habitación impecable, donde te espere una canastilla de frutas y una botella de champán, un albornoz suave y un jabón perfumado. En estos hoteles podrás conectarte a internet, hablar con los tuyos por videoconferencia o echarles de menos mientras te relajas tomando un burbujeante baño en un jacuzzi; o sentarte en un sofá de Antonio Citterio, junto a un taburete de Phillipe Starck, a la luz de una lámpara de Ingo Maurer, y siempre estar rodeado de materiales sugestivos.
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