El juego infantil como contra-dispositivo subjetivante

El juego como experiencia humana traspasa la barrera de lo biológico y se sitúa en los orígenes de la cultura. Johan Huizinga (1998) reivindica el lugar del juego al llamar Homoludens a esa función especial humana que permite establecer una diferencia con la conducta animal. Pensar que los animales...

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Detalles Bibliográficos
Otros Autores: Martínez Gutiérrez, Carolina (auth), Gómez Gallego, John James (Editor ), Chávez Muriel, Héctor Reynaldo (Otro), Perdomo Varón, Aldemar
Formato: Libro electrónico
Idioma:Castellano
Publicado: Colombia Universidad Santiago de Cali 2017
Materias:
Ver en Biblioteca Universitat Ramon Llull:https://discovery.url.edu/permalink/34CSUC_URL/1im36ta/alma991009675633206719
Descripción
Sumario:El juego como experiencia humana traspasa la barrera de lo biológico y se sitúa en los orígenes de la cultura. Johan Huizinga (1998) reivindica el lugar del juego al llamar Homoludens a esa función especial humana que permite establecer una diferencia con la conducta animal. Pensar que los animales “juegan” –del mismo modo que los niños– sería extrapolar categorías explicativas de las relaciones humanas a la vida animal, y con ello, desconocer el carácter simbólico que subyace al juego en relación con la experiencia subjetivante del lenguaje.
Descripción Física:1 electronic resource (151-159 p.)