| Sumario: | Si hay algo que asusta y sobrecoge al ser humano es la muerte. Sólo pensar en ella produce, cuanto menos, dudas, angustia o escalofríos. Pero, ¿es el final de todo o una parte más de una vida concebida como algo distinto de lo puramente físico? ¿Y si los adioses no fueran más que un hasta luego? ¿Existe un más allá? Maribel Maseda reflexiona sobre la vida y la muerte y cómo enfrentarse al difícil momento de la despedida. Lo hace a través de las historias reales vividas en primera persona como enfermera y que le han relatado los propios enfermos y familiares durante el momento del adiós. Si hay algo que asusta y sobrecoge al ser humano es la muerte. Sólo pensar en ella produce, cuanto menos, dudas, angustia o escalofríos. Pero, ¿es el final de todo o una parte más de una vida concebida como algo distinto de lo puramente físico? ¿Y si los adioses no fueran más que un hasta luego? ¿Existe un más allá? Maribel Maseda reflexiona sobre la vida y la muerte y cómo enfrentarse al difícil momento de la despedida. Lo hace a través de las historias reales vividas en primera persona como enfermera y que le han relatado los propios enfermos y familiares durante el momento del adiós. Háblame es mucho más que un libro. Es un compendio de sinceridad de aquellos que habiendo tenido una experiencia cercana a la muerte han sabido aprovechar su segunda oportunidad. «Son personas que han permanecido en ese puente que une la vida con la muerte el tiempo suficiente para comprender que todo está relacionado, que todo tiene un sentido. Que cada paso deja una huella. Otras han estado en ese puente el tiempo necesario para perder el miedo y poder así cruzar al otro lado. Ellos pudieron relatar su proceso de muerte, desde el estado de temor mientras se aferraban a esta vida, hasta el de paz y serenidad a medida que se acercaban más a la otra, la que sólo ellos podían ver». La autora nos sumerge en un texto que nos pone frente a nosotros mismos y ante las segundas oportunidades. Porque, a veces, al sentir que podemos perder lo más preciado que tenemos, reconectamos con la verdadera fuerza con la que nacemos y que da sentido a la existencia. «Casi siempre se da por hecho que la prueba ha de venir del otro lado, donde reside la muerte; pero es aquí, en esta vida, donde se obtienen las señales más fehacientes de que hay un plan diseñado para el ser humano».
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