Sumario: | El vitalismo como filosofía, como pensamiento político ha recibido en el siglo veinte cuestionamientos y críticas; hasta ha sido sospechado de ser la antesala cultural de los totalitarismos políticos.La autora se propone, con un examen agudo y despegado de todos los estereotipos instaurados en la crítica, analizar el vitalismo en su propio despliegue, sus núcleos internos, sus polémicas. Realiza una historización de "la sensibilidad vitalista": las distintas manifestaciones estéticas, políticas, teóricas que se aliaron a las filosofías de la vida. Este abordaje la lleva a definir el vitalismo no como una corriente de pensamiento o una forma más de reflexión filosófica, sino como una atmósfera que impregnó diversas expresiones de la actividad cultural de principio del siglo veinte.
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