Sumario: | En la larga historia de Occidente, el derecho fue y sigue siendo el medio por excelencia para la construcción institucional. A partir de montajes hechos de palabras, proferidas por quien tiene el poder para hacerlo, el derecho tiene la singularidad de promover existencia a lo que ellas enuncian. Esta capacidad de artificio que contiene el discurso jurídico se remonta a la tradición latina, romana y medieval, que designaba al derecho como un arte, un saber sistemático y técnico que movilizaba su interpretación al servicio de la práctica. A partir de relevar la construcción técnica e histórica de ciertos artificios y operaciones jurídicas que tuvieron un lugar clave en el derecho europeo medieval y moderno y, que, en la actualidad, o bien ya no existen bajo forma jurídica o han cambiado radicalmente su sentido, proponemos una reflexión sobre la capacidad de intervención y producción de efectos del discurso jurídico. Focalizar en estos artificios del pasado nos ofrece una saludable distancia que hace más visibles las operaciones técnicas presentes en los textos a la vez que entrena la mirada para abordar las intervenciones del presente por fuera de todo efecto de naturalización.
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