Sumario: | Actualmente la ciencia del deporte se encuentra en un punto de inflexión donde las diferentes corrientes de pensamiento se entrelazan para intentar solucionar los dilemas del rendimiento y la formación del deportista. Aunque parece que hoy en día la necesidad de pertenecer a lo que se supone más adecuado, de desvirtuar la práctica por ser esclavo de la teoría y de engrandecer los éxitos de los técnicos deportivos a los que se ansía emular está por encima de cualquier valor o juicio, no debemos olvidar que el verdadero reto del entrenador deportivo no consiste en el simple de hecho de adquirir el lenguaje teórico, sino en descubrir las capacidades para establecer, organizar las ideas y el conocimiento para posteriormente llevarlo a la acción profesional, intentando obtener a través de la práctica información relevante que ayude a tomar las mejores decisiones para el beneficio del deportista, convirtiendo al entrenador deportivo en benefactor y no esclavizándose hacia su propio interés, olvidando que el verdadero protagonista es el que lleva a cabo la práctica motriz y entendiendo esta no como una mera actividad, sino como un medio que transmite valores, educa y desarrolla capacidades a partir del interés o intereses de los deportistas, independientemente si tratamos el deporte desde una visión formativa o competitiva de alto rendimiento, aspecto que suele costar diferenciar cuando el ego personal se encarga de hacer juicios de valor.Utilizando las diferentes corrientes de pensamiento, analizando a través de su experiencia e intentando acercarse con mayor profundidad a los objetivos profesionales de su contexto, cada entrenador deportivo debe armar su propio camino. En las siguientes páginas solo se muestra un humilde ejemplo de ello.
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