Sumario: | Este libro está dedicado al cirujano joven, al estudiante de medicina y al residente que se inician en esta noble profesión, cuyas mentes y manos aprenden la capacidad de sanar, de hacer la diferencia en la vida y que ha sido una herencia de tradiciones de muchos milenios.Los primeros cirujanos tendrían a su disposición la madera para entablillar, la lanceta para el absceso, el trépano para la sangría dentro del cráneo, las hojas y el grano para los ungüentos y pomadas en quemaduras y heridas, los torniquetes, el fuego y el cauterio para la hemorragia, las hormigas y luego las agujas y el hilo para unir los bordes de las heridas, todo en evolución gradual, con la intención de sanar, su vocación basada en la compasión, y una visión ética. El cirujano de hoy tiene la ayuda de una tecnología insospechada y no predecible aún hace 40 o 50 años.
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