A todos los sagrados ministros, que componen el Estado Eclesiastico secular de nuestra Diocesis, de qualquier grado y condicion que sean, gracia abundante, y paz en nuestro Señor Jesu-Christo. Hacemos presente: Que deseando siempre nuestra Madre la Iglesia preservar á sus Ministros, no solo de lo malo, sino tambien de lo que con apariencia de honesto pueder ser causa de su ruina, en todos tiempos ha acordado para su logro muchos Canones y Decretos santisimos, que le ha dictado el Divino Espiritu; y particularmente los que se dirigen á la mas puntual, y rigorosa guarda de la castidad que ofrecieron á Dios solemnemente en la recepcion de los sagrados Ordenes