Sumario: | El título de este libro es un pensamiento de San Agustín (354-430) que expresa el ser ontológico del corazón humano, cuya esencia es amar. Todo el que ama, afirma, está amando a Dios, sea consciente de ello o no lo sea, pues amar a una persona es desearle que viva siempre, anhelo que únicamente Dios pueda garantizar. También el que se suicida está amando e invocando a Dios en ese mismo acto. No desea el aniquilamiento total de sí. Ambiciona una existencia más adecuada al honor de ser persona. La vida es, pues, como dice Martin Heidegger, caminar hacia una estrella. La estrella, Dios, tiene su morada, asombrosamente, en el interior y vocifera en el corazón, pero, lamentablemente, no se oyen sus voces debido al estruendo de los ruidos del entorno.
En el presente estudio hemos intentado poner de manifiesto el amor inconsciente a Dios analizando diversos aspectos de la realidad.
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