Sumario: | Cuando el Papa Francisco era cardenal en Buenos Aires, se preocupó mucho de orientar la labor de los catequistas en su Arquidiócesis. Fruto de jornadas y celebraciones, nos quedan estos importantes mensajes en los que Jorge M. Bergoglio insiste en que la misión del catequista responde a una verdadera vocación al servicio de la comunidad cristiana. Ser catequista es participar de esa tarea pastoral de acogida, acompañamiento, anuncio y celebración de la fe con aquellos que buscan.
Más allá de maestros de la doctrina, la Iglesia necesita testigos que salgan de sí mismos y transmitan la fe con la vida; auténticos servidores de la Palabra que antes se han dejado tocar por ella y su proyecto de vida. La alegría, la ternura, la cercanía… son rasgos de aquellos hombres y mujeres que antes han sido seducidos por esa Palabra de vida que anuncian.
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