Sumario: | Un viaje a través de libros de cocina y condimentos, del 'sabor del agua' al 'estatuto ambiguo del pescado', de la importancia de la cocina monástica al papel de la mesa como 'representación del mundo'. Una guía rigurosa, útil tanto para el gourmet como para el historiador que quiera profundizar en los sabores de esta época. Rocco Moliterni, "Tuttolibri" Nos sentamos a la mesa y la comida se sirve en el mismo orden para todos. Hoy ocurre con normalidad y nos parece una obviedad: pero ¿siempre ha sido así? No en la Edad Media. La mesa medieval sigue otro modelo, similar al que aún encontramos practicado en China y Japón: los alimentos se sirven simultáneamente y corresponde a cada comensal elegirlos y ordenarlos según su propio gusto. Una vez más: la cocina contemporánea tiende a respetar los sabores 'naturales' y reservar un espacio diferenciado para cada uno de ellos. La cocina medieval, en cambio, prefirió mezclar sabores y exaltó la idea del artificio, que modifica la naturaleza. Pero si las diferencias de gusto entre nosotros y la Edad Media son importantes, las continuidades son igualmente fuertes. Algunas preparaciones constituyen todavía una fuerte seña de identidad alimentaria. Entonces: ¿la Edad Media está cerca o lejos?
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