Sumario: | Las técnicas gráficas siempre han tenido un lugar valioso en la evaluación psicodiagnóstica. Al introducir el gesto corporal para construir imágenes permiten captar la organización del psiquismo singular en otra dimensión de su complejidad. En el texto dibujado se registran configuraciones figurales que significan de modo diferente a la palabra, y esto requiere comprender cómo se transmite el sentido metafórico en la producción. En el campo social se abre la cuestión de cómo son las estrategias de la imagen para producir sentido y dar lugar a los imaginarios colectivos. En la práctica psicológica son otras las cuestiones que se suscitan y que se vinculan al contexto de la evaluación. El dibujo es aquí un instrumento de mediación para que el sujeto siga hablando de sí, es decir, se trata de un texto donde es esencial encontrar las marcas subjetivas. El psicólogo tendrá que plantearse dónde, qué y cómo interpretarlas. Será importante sacar a la luz la lógica subyacente que operó en el armado de las figuras y buscar en la representación lo que tiene de presentación innovadora. El libro revisa los distintos referentes de lectura que pueden aplicarse para situar la mirada en cada gráfico e intenta profundizar estos temas para actualizar un lenguaje que muchas veces parece haber quedado atrapado en un conjunto de pautas establecidas a mitad del siglo XX.
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