| Sumario: | El artículo pone de relieve la identidad dividida de Rusia, un país que, por un lado, se considera parte de Occidente, pero, por el otro, se presenta como alternativa a Occidente y a sus valores. A partir de la Edad Media la autoconciencia rusa llegó a un intento de síntesis ideológica con la tradición islámica. Pero hay que recordar también que, junto con la población musulmana, Rusia se siente europea y occidental. La complejidad de las influencias recíprocas entre el islam y la autocomprensión rusa refleja, por un lado, la complejidad de la misma Rusia y, por el otro, la del islam, con sus numerosos grupos étnicos. Frente al surgimiento de movimientos islamistas totalitarios, es de desear que reviva aquella tradición de tolerancia y de respeto recíproco que ha caracterizado durante siglos la convivencia entre musulmanes y representantes de otras religiones en Rusia y en Asia central.
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