Sumario: | Lo que empezó siendo un levantamiento popular contra Bashar al-Asad se transformó pronto en una confrontación civil. Aunque el conflicto todavía no ha finalizado, no cabe duda de que al-Asad ha conseguido su objetivo: mantenerse en el poder. El precio a pagar ha sido demasiado elevado, como demuestra el éxodo de más de 13 de sus 23 millones de habitantes y el hecho de que el 90 de ellos vivan bajo el umbral de la pobreza. La indiferencia occidental ante el descenso de Siria a los infiernos abrió el camino a las potencias internacionales que armaron a los diversos bandos de la contienda. El régimen sirio se ha impuesto a sus rivales gracias a la determinante ayuda prestada por Rusia e Irán, que no dudaron en intervenir militarmente para proteger a su aliado estratégico y que han instaurado un protectorado de facto sobre el país árabe.
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